Recomendaciones para padres
1. Respetar explícitamente al trabajo del profesor y tener confianza inicial en sus criterios, especialmente delante de los hijos.
2. No minar la autoridad moral del profesor ante el hijo (naturalmente, salvo en situaciones
extremas y muy evidentes). Yo iría más lejos: reforzar la autoridad moral del profesor.
3. Al margen de las reuniones generales, hacer al menos dos visitas anuales al tutor, en el primer trimestre (tras darle un margen para conocer al alumno) y a finales del 2º o inicios del 3º (por si necesitamos dar algunos empujoncitos antes del sprint final). En cualquier caso, no esperar a que las cosas vayan mal para hablar con los profesores (el argumento de no tener tiempo para ir caduca tras ser usado una sola vez).
4. Reunirse con los profesores de materias que ofrezcan dificultades serias, con el fin de intentar trazar un plan de actuación adaptado en el que los padres puedan aportar su colaboración para que el hijo reencauce la situación.
5. Intentar propiciar un clima de confianza con el profesor en el que también sea posible enviarle mensajes a él o ella, y no solo recibirlos. Eso hace necesaria una preparación básica de las reuniones, en primer lugar conversando tranquilamente con los hijos.
6. Hablar con cierta frecuencia con los hijos de cómo van las cosas, interesándose no solo por las materias, sino también por los profesores, con el objetivo de sacar conclusiones (que serán privadas o no, según su naturaleza y su impacto en el alumno).
3. Al margen de las reuniones generales, hacer al menos dos visitas anuales al tutor, en el primer trimestre (tras darle un margen para conocer al alumno) y a finales del 2º o inicios del 3º (por si necesitamos dar algunos empujoncitos antes del sprint final). En cualquier caso, no esperar a que las cosas vayan mal para hablar con los profesores (el argumento de no tener tiempo para ir caduca tras ser usado una sola vez).
4. Reunirse con los profesores de materias que ofrezcan dificultades serias, con el fin de intentar trazar un plan de actuación adaptado en el que los padres puedan aportar su colaboración para que el hijo reencauce la situación.
5. Intentar propiciar un clima de confianza con el profesor en el que también sea posible enviarle mensajes a él o ella, y no solo recibirlos. Eso hace necesaria una preparación básica de las reuniones, en primer lugar conversando tranquilamente con los hijos.
6. Hablar con cierta frecuencia con los hijos de cómo van las cosas, interesándose no solo por las materias, sino también por los profesores, con el objetivo de sacar conclusiones (que serán privadas o no, según su naturaleza y su impacto en el alumno).
Recomendaciones para profesores
1. Considerar a los padres como aliados en la tarea de educar a los hijos. Sé que no siempre es del todo realista, pero creo que lo correcto es dejar que la realidad nos desmienta antes que dejarnos llevar por los prejuicios.
2. Implicar a los padres preguntándoles por los hijos, pidiéndoles cosas, aconsejándoles sin ningún temor a resultar demasiado didácticos. Por cada padre o madres susceptible a las lecciones educativas hay decenas y decenas que las agradecen cuando comprenden que es en beneficio de sus hijos.
3. Cuidar la comunicación con los padres, velando especialmente por que no sea solo una comunicación negativa o de alerta roja, sino también de valor informativo (y adaptado a ellos) e incluso de carácter positivo.
4. Preparar las reuniones con los padres de cada alumno para evitar que resulten una penosa exhibición de lugares comunes, aplicables por igual a Pepito que a Juanita.
GRACIAS A AMPA HAZA LUNA POR DEJARNOS COMPARTIR ESTAS REFLEXIONES.
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